23 agosto, 2010

NOTICIAS DE MI PASO POR LINBURG

Cuando las voces bailan el tango
Por Willibald Schenk


Limburg. Cada año se dan cita renombrados directores de coro de todo el mundo en el Foro de Directores Corales de Limburg, una institución que ejerce una fuerte atracción por la importancia que reviste para la práctica coral. De esto, también da muestra en cada edición de este Foro el concierto que se realiza en la Iglesia Evangélica, al que no sólo asiste un auditorio de especialistas, sino también un público interesado.
Esta vez, los visitantes que colmaban el recinto de la iglesia disfrutaron de un concierto fuera de serie; entre otras razones, porque en esta oportunidad ofrecía varios estrenos de una vibrante música coral con aire argentino. Es la impronta del estilo musical de Javier Zentner, compositor y director de coros nacido en Buenos Aires en 1951, con su capacidad de transmitir con gran arte y en forma inigualable los tangos clásicos y la música folclórica de su país.

Que Werner Pfaff, docente del Foro y director reconocido internacionalmente, haya sido el elegido para presentar una música coral inusual y exigente, también tiene que ver con el hecho de que con el “Studio Vocale Karlsruhe”, su coro de cámara de proyecto, Werner Pfaff cuenta con un grupo integrado por bellas voces femeninas y masculinas que siempre vuelve a mostrar su capacidad de ofrecer prestaciones extraordinarias, de lo cual también dan testimonio varios primeros premios internacionales.

En Limburg, el excelente rendimiento de este coro de grandes ambiciones artísticas volvió a sorprender a los oyentes y también a Javier Zentner, el compositor presente que seguramente estaba esperando con gran expectación los estrenos salidos de su pluma. Javier Zentner trabaja en la Argentina con diversos grupos musicales de diferente integración. En su trabajo, le fascina la posibilidad de incorporar elementos extraordinarios en cada una de las cuerdas. Para Zentner, la voz humana es más que sólo un “soporte melódico”, por lo cual también utiliza elementos percusivos que producen un gran efecto.

En la Iglesia Evangélica se presenciaron muchos ejemplos de este juego, justamente en los arreglos, en un sentido moderno, de los tangos de Astor Piazzolla. Aquí, el tango es remitido a una estilización artística, pero sin omitir el ritmo de habanera, siempre presente ya sea en un primer o segundo plano. “Balaúa”, el título del concierto, hizo referencia principalmente a la primera parte del programa, dedicada a diferentes versiones del poema de amor traducido a sonido.

Así también los “Haikus” de Jorge Luis Borges, que ofrecen una descripción musical extraordinaria de estos textos literarios. En sus contribuciones bien elaboradas, el director Werner Pfaff ha percibido esta música como un discurso sonoro en el sentido más genuino, que su coro de cámara interpretó con seguridad, solvencia y toda la disposición de ser el portador de dicha intención. La interpretación de esta música coral demuestra el notable dominio que profesa en ese rubro.

Luego, otro estreno de Javier Zentner: “Agito el Mundo”, cuyo título es una parábola de su contenido. Esta obra, que habla de despedidas y recuerdos, fue uno de los puntos culminantes del concierto. Todos los arreglos pusieron de manifiesto una música vibrante y emotiva, expresando también el gran apego de Zentner a su patria y su cultura. El compositor, que proporcionó explicaciones sobre sus obras, fue calurosamente aclamado por los oyentes.

No debemos olvidar la belleza de las voces de los y las solistas: Ellen Majer, Barbare Mehr (sopranos), Pia Oberbillig, Dagmar Klug (contraltos), Pehuén Naranjo, Thomas Wyss (tenores), Claus Temps y Roland Grunenberg (bajos), que cooperaron en forma excelente con el ensemble, logrando que, bajo la dirección de Werner Pfaff, el concierto de clausura se transformara en una experiencia coral muy especial.

La adecuada reacción del público no se hizo esperar: un estruendoso aplauso y reiterados pedidos de “otra!”.
 

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